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Postales etnográficas de las Redes Inalámbricas Libres con Internet ComunitariaEthnographic postcards of Free Wireless Networks with Community Internet

Daniel Daza
mars 2023

DOI : https://dx.doi.org/10.56698/cultureskairos.1993

Résumés   

Résumé

L’objectif de cet article est de partager les principaux aspects de l’ethnographie que j’ai réalisée pour étudier l’apprentissage et l’activisme de groupes d’informaticiens qui gèrent des structures d’internet communautaire libres à Buenos Aires. Appelés "réseaux libres", ces groupes sont formés de personnes qui connectent leurs ordinateurs pour partager des données et des services utilisant des technologies sans fil (WiFi). Ces réseaux ne donnent pas toujours accès à l’Internet global puisque leurs membres cherchent à générer des formes horizontales de communication et collaboration entre pairs en utilisant des ordinateurs connectés à des réseaux locaux. Il existe des centaines de ces réseaux dans le monde, surgis du mouvement "Software et Hardware libres", travaillant de manière volontaire et/ou coopérative pour construire des antennes faits maison, programmer des routeurs et dessiner des architectures alternatives de connexion en réseau. Pour réaliser cette ethnographie, j’ai suivi les informaticiens de trois réseaux qui fonctionnent dans la ville et dans la province de Buenos Aires, en Argentine. Comme l’Internet global, ces réseaux sont aussi traversés d’intérêts multiples : logiciel libre, infrastructures de réseaux, connectivité numérique, communautés d’usagers, appropriation technologique et activismes. Ma recherche vise à explorer ces intérêts souvent controversés du point de vue de ceux qui construisent des formes horizontales et collaboratives pour reconfigurer le "réseau de réseaux".

Abstract

The purpose of this article is to share the main aspects of the ethnography I carried out to study learning and activism in the IT groups that manage free community Internet structures in Buenos Aires. Called « Free Networks », these groups are made up of people who connect their computers to share data and services using wireless technology (WiFi). These networks do not always provide access to the global Internet, since their members seek to generate horizontal forms of communication and collaboration between peers using computers connected to local networks. There are hundreds of these networks around the world, born out of the « Free Software and Hardware » movement, working voluntarily and/or commercially to build homemade antennas, program routers, and design alternative networking architectures. To carry out the ethnography, I followed the computer scientists of three networks that operate in the city and province of Buenos Aires, Argentina. Like the global Internet, these networks are also stressed by multiple interests : free software, network infrastructure, digital connectivity, user communities, technological appropriation and activism. My research seeks to explore these often controversial interests from the point of view of those who build horizontal and collaborative ways to reconfigure the « network of networks ».

Extracto

El propósito de este artículo es compartir los principales aspectos de la etnografía que realicé para estudiar el aprendizaje y el activismo en los grupos de informáticos que gestionan estructuras de Internet comunitaria libre en Buenos Aires. Denominados « Redes Libres », estos grupos están formados por personas que conectan sus computadoras para compartir datos y servicios utilizando tecnología inalámbrica (WiFi). Estas redes no siempre brindan acceso a la Internet global ya que sus integrantes buscan generar formas horizontales de comunicación y colaboración entre pares utilizando computadoras conectadas a redes locales. Existen cientos de estas redes alrededor del mundo, surgidas en el marco del movimiento del « Software y hardware libre », trabajando voluntaria y/o de forma cooperativa para construir antenas caseras, programar routers y diseñar arquitecturas alternativas de conexión en red. Para realizar la etnografía seguí a los informáticos de tres redes que funcionan en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Argentina. Al igual que la Internet global estas redes también están tensionadas por múltiples intereses : software libre, infraestructuras de red, conectividad digital, comunidades de usuarios/as, apropiación tecnológica y activismos. Mi investigación busca explorar estos intereses muchas veces controversiales desde el punto de vista de quienes construyen formas horizontales y colaborativas para reconfigurar la « red de redes ».

Index   

Index de mots-clés : Internet communautaire, activisme, ethnographie du numérique, réseaux sociotechniques, appropriation technologique..
Index by keyword : Community Internet, activism, digital ethnography, sociotechnical networks, technological appropriation..
Índice de palavras-chaves : activismo, etnografía de lo digital, redes sociotécnicas, apropiación tecnológica., Internet comunitaria.

Texte intégral   

La noción de red, si la preciso un poco, designa una serie de asociaciones revelada gracias a una prueba -la de las sorpresas de la investigación etnográfica- que permite comprender por qué serie de pequeñas discontinuidades conviene pasar para obtener cierta continuidad de acción. (Latour, 2013, p. 47)

Introducción

1La primera vez que escuché hablar de « Redes Libres », o Redes Inalámbricas Libres con Internet Comunitaria (RILIC), fue en el hall del Centro Cultural San Martín, en Buenos Aires, Argentina. Había concurrido a un evento de tecnología informática llamado « BarCamp »1. El evento estaba en su séptima edición, la del año 2013, y tenía la característica de utilizar dinámicas grupales para gestionar los espacios de trabajo de forma colaborativa. Su nombre obedecía a que el evento contaba con cerveza en la modalidad de « barra libre », como incentivo para dinamizar espacios de « networking (trabajo en red) »2. En el hall de entrada del edificio, más de un centenar de asistentes formaban un círculo alrededor de varios jóvenes vestidos con remeras celestes con el logo de BarCamp. Uno de ellos tenía un megáfono en la mano. Todos se habían registrado vía web. Los oradores, que previamente habían escrito el título de su charla en una pizarra, pasaban al centro del improvisado círculo y contaban en un minuto el tema de su ponencia. Al terminar el tiempo asignado los asistentes comenzaban a aplaudir para cubrir la voz del expositor y dar por terminada su presentación. Esta dinámica es típica entre los informáticos que adhieren a los « métodos ágiles » para el desarrollo de software3. Fue en esta rueda de presentaciones cuando vi por primera vez a « Vitux »4 anunciando que su pitch (charla) sería sobre « Redes Libres y su impacto en la sociedad, como eje en la inclusión y la democratización de Internet ».

2Vitux era un ingeniero en informática de unos treinta años, que también se dedicaba a la comunicación visual. En la pequeña sala dónde se realizó su charla había unas veinte personas. Entre ellas una mujer joven que dijo pertenecer a la red CiudadLibre o « CILI » y era la única que conocía a las RILIC. Fue ella quien contó que estos grupos se especializan en armar redes informáticas para intercambiar contenido, abriendo la posibilidad de que cualquier persona interesada pueda sumarse y participar en esta pequeña « Internet local ». Vitux añadió que estos grupos5, están formados por personas que conectan sus computadoras en red para compartir datos. En otras palabras, una Red Inalámbrica Libre con Internet Comunitaria (RILIC), « red libre » o « red comunitaria », como la llaman los propios actores, es de modo simple a nivel técnico, un grupo de computadoras conectadas entre sí utilizando principalmente soluciones inalámbricas (WiFi6), aunque también se realizan conexiones con cables, que combina tecnología digital con partes analógicas. A nivel social, quizás el más importante, en la red intervienen informáticos y gente « de a pie » sin conocimientos técnicos que en general se denominan « usuarios finales » y que tienen distintos intereses y saberes. Estas « redes digitales locales » no siempre brindan acceso a la Internet global, ya que sus miembros buscan generar alternativas libres de conexión, comunicación y colaboración entre vecinos/as de un barrio o pueblo [fig. 1]. En aquella primera charla quedó claro que en este tipo de redes era muy importante la colaboración y el aprendizaje que realizaban estas personas sin conocimientos técnicos (usuarios finales) junto a las y los especialistas informáticos para apropiarse de las tecnologías y superar las dificultades que cada contexto local les presentaba a la hora de ejercer el derecho a conectarse digitalmente entre sí.

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Figura 1 : Nota enumerando las ventajas de las Redes Libres. (Crédits : Vitux, 2013).

3En aquel primer acercamiento aprendí que estas redes tienen varios nombres, de acuerdo al país o las características principales que cada grupo destaca : redes de Internet comunitaria, de área local (LAN7), de área metropolitana (WAN), inalámbricas, ciudadanas, digitales, libres, de pares, o sus nombres en inglés : « freenets », « free networks », « meshworks », « Peer to Peer » (P2P) y « wireless8 ». Todas estas definiciones marcan distintos aspectos propios de cada grupo : el uso de software libre, la horizontalidad en las relaciones, el tipo de cobertura, su topología, etc. Las RILIC que etnografié en general eligen sus nombres marcando el territorio dónde se encuentran en combinación con alguna característica de la red : MedellinLibre, MontevideoLibre, QuintanaLibre, DetroitFree, etc. Pero también existen otras que incorporan el nombre de la organización o grupo al que pertenecen (AltalayaSur o LugroMesh) o la tecnología que utiliza como en el caso de Guifi.net, una de las redes pioneras en el mundo con sede en Cataluña.

4La charla de Vitux se basaba en su trabajo con « Altermundi », una ONG que agrupa a un conjunto de redes libres comunitarias con sede en Argentina. El nombre de esta organización surge de un juego entre el significado de « alternativo » y « mundo », en clara referencia a los movimientos altermundistas a nivel global que realizan un activismo orientado a mejorar el cuidado del planeta. En este sentido, sus integrantes promueven comunidades rurales colaborativas y el desarrollo de una tecnología que ellos llaman « apropiada por el pueblo ». Más tarde, en mi trabajo de campo comprendí que para algunos grupos de las RILIC, el activismo es sinónimo de militancia política, tanto partidaria como no partidaria. Mientras que otros prefieren no hablar de activismo político y usan el concepto de « voluntariado » para referirse a las acciones destinadas a ampliar las redes a partir del aporte de sus integrantes. Sin embargo, el objetivo común es siempre incluir a un grupo heterogéneo de personas que por distintos motivos no tiene acceso a la comunicación digital o no realiza un uso crítico, empoderado, de la misma.

5La charla de Vitux fue una invitación a encarar una investigación etnográfica que me permitiera estudiar « in situ » los detalles técnicos, sociales y políticos del armado de estas redes digitales con una Internet comunitaria. En este artículo comparto algunos de sus aspectos principales.

Etnografiar una Internet libre y comunitaria

6La elección del método etnográfico me llevó a realizar un recorrido en primera persona a través de las prácticas que llevan a crear, usar y mantener una RILIC. En este sentido, este estudio incorporó la característica tecnológica de los grupos a estudiar y se abrió a los cambios que surgieron en el transcurso de la investigación. Si sostenemos que el campo es el referente empírico de toda investigación (Guber, 2004, p. 17) para el caso de las RILIC me encontré ante dos dimensiones interrelacionadas : lo físico (o analógico) y lo digital (o virtual). Es decir que mi campo fue determinado por los cruces cara a cara y mediados tecnológicamente que se dieron entre el grupo de personas que administran cada red, los vecinos usuarios, los sitios web, los dispositivos que utilizan cotidianamente, la infraestructura física que configura a cada red (antenas, routers, cables), los chats, las reuniones presenciales de organización y las sesiones individuales de programación.

7En este marco, unos meses después de aquel primer encuentro con Vitux comencé a trabajar con un grupo llamado CiudadLibre (CILI) que actuaba en la ciudad de Buenos Aires. Este grupo estaba integrado por un núcleo de veinte personas, en su mayoría informáticos, hombres, que mantenían comunicación a través de listas de mail, chat y reuniones presenciales en lugares públicos como bares y restaurantes. CILI era una de las primeras redes que había surgido en Argentina y había llegado a tener quinientos nodos (o puntos de conexión) activos, pero cuando me sumé solo funcionaban unos veinte debido al avance de las opciones comerciales de conectividad en espacios públicos. Tiempo después, siguiendo a los actores de esta red, conocí y me sumé a IslaLibre, un grupo rural, ubicado a unos treinta kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en un barrio con mucha vegetación y ríos cercanos, llamado « Arroyos ». Este grupo estaba integrado por unas quince personas, de las cuales unas cuatro eran mujeres, todos vecinos del barrio dónde funcionaba la red. Se reunían en forma presencial con una regularidad bimestral y también mantenían una comunicación fluida a través de listas de correo electrónico. Al momento de sumarme esta red contaba con unos cuarenta nodos activos y se estaba expandiendo en forma rápida. Este grupo y el colectivo de organización más amplio del que formaba parte junto a otras redes de Latinoamérica, contaba con una mayor cantidad de mujeres entre sus integrantes activos en una proporción que, sin embargo, nunca superó el treinta por ciento en todos las reuniones y eventos a los que asistí. Cabe aclarar que me refiero a integrantes con roles técnicos dentro de cada red y no a personas que se conectan a la red solo para usar sus servicios como « usuarios finales », ya que en este caso la distribución por género era cercana al 50 por ciento. Finalmente, siempre siguiendo a los actores que conocí en esta red, conocí al grupo BarrioLibre, que funcionaba en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires con unos diez puntos de acceso activos. Algunos de sus integrantes habían formado parte de otras redes pero se habían alejado por diversas controversias. La red BarrioLibre estaba formada por un grupo de veinte personas, en su mayoría hombres pero que mostraban un amplio conocimiento de la perspectiva de género y diversidad. Se reunían en un espacio con características de taller llamado « laboratorio hacker » y al igual que el resto de los grupos para su comunicación utilizaban listas de correo, wikis o chats públicos y privados. Cabe mencionar que a largo del trabajo de campo también tuve contacto y participé de distintas actividades con otros grupos de varias provincias argentinas e incluso de Brasil y Colombia.

8Para la mayoría de los y las informáticas que conocí en estas redes las razones que llevan a definirlas como « libres » se basan en que gran parte de los programas que se utilizan para su administración y desarrollo se basan en Software Libre (SL), con una fuerte convicción, que yo denomino « política » pero que para algunos de ellos es solo « técnica » o en todo caso « activista ». Los y las programadoras de las RILIC trabajan con un código que cumple las libertades del software : la libertad cero (0) para ejecutar un programa, la libertad uno (1) que permite estudiar el código, la número dos (2) que permite la redistribución de copias y la tercera (3) que libera la distribución de las mejoras que se hayan realizado al software. Aunque existen casos en dónde se permite el trabajo con programas comerciales (o privativos) a la red digital siempre y cuando se cumpla con las libertades del software para que las soluciones sigan teniendo la posibilidad de ser apropiadas por los y las usuarias. Es decir, lo « libre » implica no solo que cualquier persona pueda conectarse « libremente » a la red, sin restricciones, como lo hice yo durante toda mi investigación, sino fundamentalmente que pueda apropiarse de la red y expandirla participando del grupo que la administra o su comunidad usuaria. La importancia de este punto radica en que este tipo de redes se consideran a sí mismas como « alternativas de conexión » a los proveedores comerciales ya que se proponen ejercer el derecho al desarrollo de una comunicación digital gestionada por la propia ciudadanía organizada. En este marco la « comunidad » internacional de las RILIC, escribió y compartió en 2012 el « Manifiesto de las Redes Libres » (MRLL), un documento elaborado durante el 3er. Encuentro Latinoamericano de Redes Libres en Porto Alegre, Brasil9. Allí se mencionaban las características principales que definían como libres a las redes : descentralización, neutralidad, acceso público, estructura distribuida, interconexión e interoperatividad. Estas características fueron hechas públicas para toda la comunidad del Software Libre, algo que considero como un hecho político en sí mismo, ya que implicó el desarrollo de un proceso de diálogo entre grupos con miradas diferentes sobre la implementación cotidiana de estas ideas y la internacionalización de una posición en la trama de desarrollos sociotécnicos que conforman a las RILIC. En este sentido, algunos grupos, como CiudadLibre, tenían a lo político enredado y oculto en las acciones técnicas. Pero de eso no se hablaba, o por lo menos se evitaba, porque cuando se sacaba el tema (yo mismo lo hice en varias oportunidades) generaba grandes discusiones calificadas como « bardo » (pelea) por sus integrantes. « Prefiero estar con gente variada, que piense bien distinto, no importa si son fachos o el “Che Guevara”, siempre que apuesten al Software Libre y no quieran convencerme de su ideología política », me dijo Lichu, uno de los informáticos de CiudadLibre, en una reunión, para dejar en claro su postura a favor de solo hablar de routers, software y conexiones dentro de esa red. Por el contrario, en otros proyectos como IslaLibre o BarrioLibre, los que se comprometían sabían que lo hacían en un marco abiertamente político, militante, de apoyo al Software Libre y las opciones progresistas de la política local. En este entramado de significados y prácticas me fui ubicando entre los que habitaban los intersticios de las líneas que iban y venían escuchando, conciliando e intentando comprender las diferentes posturas.

9Por otra parte, el trabajo etnográfico con estos grupos me llevó a comprender que para sus integrantes una red se define como « comunitaria » en base que su existencia permite vincular a personas que comparten intereses y colaboran entre sí on line o en forma presencial [fig. 2]. « La comunidad representa esa forma de relacionarse colaborativa, vocacional que se desarrolla en un espacio (virtual en muchos casos) de confianza e interacción », escribe Pablo Vanini, en su artículo « Los tics de la cultura » (Vanini, 2007, p. 113). En las tres redes que estudié se comparte esta definición y de hecho sus integrantes forman parte de distintas comunidades : desarrolladores de Software Libre (SL), usuarios de Linux, técnicos de hardware libre, radioaficionados, hacklabs, etc. Al final de mi trabajo de campo Wal, un joven programador de IslaLibre, bromeaba conmigo y me decía : « ¿Cuánto te costó mapear a la comunidad ?. Fue fácil, ¿no ? ». « Más o menos », le respondía en aquel momento. Sin embargo él sostenía que :

Es como poca gente, por ahí muy cruzada. Pero todos con una forma de pensar que se va profundizando, muy específica, muy especial. Y en general o entrás por el Software Libre o por las Redes. Para mí es una familia de muchos años, porque cuando yo descubrí Linux, por ejemplo, le escribí a Eric S. Raymond10 para saber que aprender primero : HTML o Python. Y me contestó un párrafo dónde me recomendaba sobre todo que me juntara con un grupo de usuarios Linux (nota de campo, diciembre 2015).

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Figura 2 : Construcción colaborativa de un router en IslaLibre. (Crédits : Daniel Daza 2015)

10Wal siguió ese consejo del experimentado hacker y buscó una comunidad de usuarios de Linux en Argentina. Eligió su « familia ampliada », tal como le gustaba llamarla, sobre la base de compartir los mismos intereses y también experiencias de encuentro presencial mezcladas con intercambios digitales, todo en una « atmósfera de interactividad festiva » (Coleman, 2013, p. 47). Allí aprendió lo necesario para programar con Software Libre incluyendo las « ideas » que constituyen la base de la forma de pensar dentro de esa comunidad : compartir, colaborar, apropiar y participar. Wal pensaba que bastaba con entrar a una web de conocimiento libre o conocer a alguna persona del ambiente del SL, para que una relación (presencial o digital), te lleve de una persona a otra, y terminar dentro de las RILIC. « La familia ampliada siempre tiene parientes que no conocés, pero que cuando te encontrás con ellos es como si todo el tiempo hubieran vivido con vos », me dijo Wal en una entrevista, intentando definir cómo funcionan para él las relaciones en su red. Para este informático cada grupo del Software Libre era una puerta de entrada a la comunidad de RILIC. En este sentido, en mi trabajo de campo observé que algunas organizaciones o grupos informáticos, que realizan acciones similares en distintos lugares del mundo, no se conocen entre sí pero sin embargo la mayoría se define como parte de la misma comunidad.

Red social y conectividad digital como una malla

11Etnografíar las líneas de lo digital en los grupos de RILIC implicó estar co-presente en espacios marcados por las continuidades y discontinuidades entre máquinas, humanos y lo digital. De este modo, la etnografía no solo surgió como un método compuesto por herramientas híbridas o un texto final atravesado por lo digital, sino que fundamentalmente se fue « tejiendo » como parte de mi propia existencia en el movimiento de compartir con informáticos/as y vecinos/as, su software, sus dudas, sus controversias y esperanzas. En este sentido, como puede observarse en la siguiente nota de campo, mi participación en la red IslaLibre me permitió comprender el esfuerzo que hacen por construirse como un grupo de humanos/as que quieren aprender a apropiarse de la tecnología utilizando a las máquinas informáticas para encontrarse.

Estoy en la reunión de una red libre ubicada fuera de la ciudad, en una zona con islas y ríos. No tengo señal en mi celular. Pero quiero estar conectado y buscar redes WiFi. Solo veo tres, una de una empresa privada y otras dos abiertas. Me conecto a una que está abierta y lleva el nombre de la red en la que participo : IslaLibre. En la pantalla del celular aparece un cuadro de diálogo con un texto que explica qué es IslaLibre y un campo vacío dónde tengo que ingresar un código. También tengo la opción de navegar por la red libre sin entrar a Internet. El texto es el siguiente :

¿QUÉ ES LA RED ISLALIBRE ?

• Es una red social sustentada por la conectividad a una red digital y la participación en reuniones presenciales, actividades culturales y sociales.

• Es comunitaria, libre y neutral .

• Es autogestionada por miembros de la comunidad isleña y otros colaboradores.

• Genera conectividad con servidores propios donde compartimos información digital de consulta libre y gratuita.

• La red cuenta con herramientas para la comunicación interactiva : chat interno, telefonía IP, nube de almacenamiento y acceso a la Internet global.

• No persigue fines de lucro. (Nota de campo, reunión de organización en IslaLibre, junio 2015)

12En IslaLibre se definen como una « red social sustentada por la conectividad a una red digital », « autogestionada », que tiene « actividades culturales y sociales », « herramientas para la comunicación interactiva » y que « no persigue fines de lucro » entre otras características. Para algunos de sus integrantes estas definiciones son una clara estrategia para disminuir la atracción que tiene la « red digital » y sobre todo la tentación de solo buscar el acceso gratuito a Internet. Por otro lado, cuando los actores dicen que la red está compuesta por una « red social » sustentada por la conectividad a una « red digital », habilitan a pensar red en un sentido amplio, como un ensamblado de varios componentes materiales y no materiales, políticos, pedagógicos, tecnológicos y sociales, que se « enredan » y desarrollan en un escenario de prácticas. De este modo, en las RILIC las prácticas están centradas en las relaciones humanas (informáticos, usuarios finales, funcionarios, etc.) necesarias para el diseño, implementación y mantenimiento de dispositivos técnicos que integran una infraestructura y dónde se mezclan miradas sobre « lo libre », « la comunidad » y « lo técnico ». De este modo, las RILIC se definen por la combinación, el ensamblado, de lo « técnico » con lo « social », en una relación donde :

El compromiso de la comunidad es imperativo para asegurar el éxito y la sostenibilidad del proyecto. Involucrar a la comunidad en el proyecto puede ser el desafío más grande, pero si no se hace, la tecnología no cubrirá sus necesidades, ni será aceptada. (Butler, Pietrosemoli, 2013, p. 294)

13Las acciones de aprendizaje que vi implementar en IslaLibre van en este sentido : resolver un problema juntándose entre vecinos/as o promover que usen « la nube11 » y de ese modo hagan « propia » la red [fig. 3]. Es así como he visto que Wal ha llegado a no solucionar un problema de conectividad, pudiendo hacerlo, para que los « vecinos/as » encuentren formas de resolver la situación por sí mismos : « si yo reparo el router que se cayó, nadie va a aprender nada, si no lo hago, seguro se van a juntar para ver qué pasa con la red y determinar por qué no funciona », me decía mientras charlabamos en algún muelle.

14En Isla Libre se piensa que los aspectos técnicos pueden ser aprendidos leyendo un manual pero no pasa lo mismo con los principios sociales que dan fundamento a la red. Estos llevan más tiempo y requieren encuentros presenciales para ser aprendidos. En las charlas con distintas personas de esta red aprendí que : « la comunidad puede tener problemas que surgen de una lista de correo pero para resolverlos a fondo, hay que juntarse, acá el compromiso tiene que ser vivido cara a cara » (Wal, entrevista, 2014).

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Figura 3 : Reunión espontánea de configuración de dispositivos. (crédits : Daniel DAZA, 2015)

15Para los y las informáticas de las RILIC, « lo técnico » y « lo social » son dos aspectos mezclados, interdependientes, que solo es posible pensarlos separados con fines analíticos. Los routers son hackeados, modificados, adaptados a las necesidades de la « red social » y al mismo tiempo, esa red adquiere características y se conforma basándose en las posibilidades que tiene « la red digital ». Así, es posible nombrar a esta red como « sociotécnica », ya que es algo más que el sustento de una red a otra o la combinación mecánica de aspectos sociales y técnicos ; es una trama, una malla hecha de máquinas informáticas y humanos, una relación que fluye continuamente y toma diferentes formas en cada uno de los grupos de las RILIC.

16Para dejar más claro este concepto debo decir que lo sociotécnico es la característica principal de las redes, una mezcla « lo social » y « lo técnico » en el plano práctico, dando lugar a acciones cotidianas que agregan elementos y vuelven imposible separarlos. En un simpático texto titulado « Cuando la hormiga (ANT) se encuentra con la Araña (Spider) », Ingold desarrolla críticas a la teoría Latouriana en la que la red integra humanos y no humanos (actantes) en un mismo concepto. Para la araña, escribe Ingold, la red no la « conecta » a una mosca a través de su tela, sino que es la propia mosca la que se « integra » a una malla que funde y confunde líneas con objetos :

Ud. imagina un mundo de entidades (araña, telaraña, tallos, ramas y así siguiendo) que están ensambladas para abarcar las condiciones necesarias y suficientes para que suceda un evento. Y sostiene que la agencia que ‘causa’ este evento está distribuida entre los constituyentes del ensamble. Mi punto, sin embargo, es que la red no es una entidad. Es decir que no es un objeto autónomo, cerrado, que se sitúa frente a otros objetos con los cuales puede luego ser yuxtapuesto o unido. Es más bien un manojo o un tejido de hilos, estrechamente unidos aquí, pero con cabos sueltos allí, que se enredan con otras hebras de otros manojos. (Ingold, 2008, p. 4)

17Ingold intenta presentar otra forma de ver a una red. Se aleja de pensar un todo ensamblado por partes interconectadas en un plano simétrico de agencias, para proponer una « mesh », una malla, un entramado caótico, impredecible y fuera de control, gracias a las fuerzas del flujo que la atraviesan, que él define como « vida ». En palabras de la araña de su texto :

El mundo, para mí, no es un ensamble de partes y piezas sino una maraña de hilos y caminos. Llamémoslo una malla, con el fin de distinguirla de su red. Mi afirmación es, entonces, que la acción no es tanto el resultado de una agencia que es distribuida alrededor de la red, sino que emerge del inter-juego de fuerzas que son conducidas a lo largo de las líneas de la malla. (Ingold, 2008, p. 4)

18Para Ingold la técnica es un « tejer » más que un « hacer », que pone a la persona en el centro de una actividad, mientras que la tecnología es un conocimiento sobre el funcionamiento mecánico y producción de los objetos (Ingold, 1990, p. 3). Sin embargo, Ingold las plantea en un ontología que otorga prioridad a los procesos de formación, a los flujos y transformaciones, en oposición a otra forma de pensarlas como productos finales o estados de la materia (Ingold, 2009, p. 92). De este modo, se puede repensar la red digital, la red técnica, desde una mirada que incluya a las transformaciones de objetos tecnológicos, a las relaciones entre humanos/as y las máquinas informáticas, a las cosas que se utilizan para hacer funcionar a esta Internet comunitaria : cables, antenas, routers, computadoras, pinzas, soldadores, sogas, escaleras, pantallas, etc. Así, lo que en las Redes Libres denominan « mesh » trasciende sus características topológicas, de arquitectura técnica y se transforma en una « malla » que nos permite pensar esta articulación que plantean en IslaLibre entre « red digital » y la « red social ».

Compartir para no ser un terminal de Internet

19En el blog de Osiux se puede leer una frase que lo define como alguien que busca : « aportar a la construcción de una sociedad mejor, libre de/para compartir conocimientos ». En esta línea allí publicó una nota (post) con los resultados de un escaneo de las redes inalámbricas que tenía cerca de su casa. El gráfico mostraba unas trescientas conexiones, de las cuales solo diez estaban abiertas para que cualquier persona pudiera usarlas. Esas redes abiertas eran nodos de CiudadLibre que el mismo Osiux tenía en su terraza y en su departamento. La reflexión final de su post era una pregunta : ¿qué pasaría si las personas compartieran sus conexiones a Internet ?. La respuesta, me dijo Osiux, debería unir los conceptos de « comunidad » y de « compartir » para que así siempre tuviéramos una conexión disponible. Sin embargo, como me dijo otro informático conversando sobre este asunto, en el caso de las señales WiFi abiertas, las personas podrían pensar que si otro paga una conexión y la comparte, entonces : ¿para qué voy a pagar una yo si de todos modos me beneficio ?. Por eso en las comunidades informáticas de Redes Libres la acción de compartir está pautada en los procedimientos de trabajo. De este modo, « compartir » es casi obligatorio porque es una condición previa y necesaria para que se cumplan las libertades del Software Libre mencionadas anteriormente : ejecutar un programa, estudiar el código, redistribuir copias y compartir las mejora. En esta misma línea, el punto diez (X) del Manifiesto de las Redes Libres Latinoamericanas establece en su apartado sobre « Estrategias y Acciones comunes » : « b. promover el intercambio de saberes necesarios para la apropiación social de las tecnologías que hacen posible la existencia de las Redes Libres ». Basándose en esto, los y las informáticas de las RILIC sostienen que « aprender por tu cuenta y compartir lo que sabés con otros te hace libre », tal como me dijeran varios integrantes en distintas entrevistas.

20En las RILIC esta es la clave para que las personas socialicen, se junten y acuerden algunas pautas de uso de las conexiones, lo que deriva en la construcción de vínculos de confianza entre ellos. Aunque en redes como CILI no comparten la conexión a Internet, en otras como IslaLibre, se comparte la conexión a sabiendas que esta práctica tendría problemas legales en Argentina al violar el contrato comercial del usuario con la empresa proveedora de Internet. En distintos lugares del mundo ya existen iniciativas que proponen compartir el WiFi con sus vecinos/as como en el caso del proyecto Open Wireless Movement (https://openwireless.org/). Lo central de estas propuestas es compartir la propia conexión a Internet de forma inalámbrica con otros usuarios y construir relaciones personales con ellos.

21Como vimos hasta aquí, en las RILIC que estudié proponen compartir no solo el WiFi que cada persona contrata a un proveedor de Internet, sino levantar la propia red, brindar servicios (chat, compartir archivos, etc). Buscan involucrar a las personas « de a pie » junto con los y las informáticas en una práctica social tecnológica que genere experiencias de aprendizaje digitales y presenciales. La clave para todos estos grupos está en dejar de ser « terminales de Internet », es decir, pasar a ser creadores de nuevas redes : « y al acceder a cualquiera de los servicios de un desarrollo libre no quedarnos prisioneros del proveedor que nos acerca el software, es decir obtenemos libertad de elección » (Blog de Osiux, julio 2013). Del mismo modo, Wal en IslaLibre buscaba que las personas fueran creadoras de nuevas infraestructuras de red y constantemente me recordaba que en el Software Libre existían reglas muy claras para « compartir ». Así, las licencias Creative Commons definen la forma de « compartir » una creación y les ofrecen a los autores/as la posibilidad de regular los procesos de copia de su obra. Algo que es impensado para el mundo del Copyright. Compartir tu sistema operativo « privativo » con otra persona en el mundo Microsoft, por ejemplo, es considerado como un acto ilegal. Aunque en la práctica, como me decían en las RILIC, nadie vaya preso por instalar una copia « pirata », es decir « sin pagar », de Windows en su computadora.

22Como vemos no ser un terminal de Internet implica aprender a « compartir » la conexión, el código, el conocimiento y los valores que se poseen con otras personas en ambientes presenciales y digitales. « Compartir » significa entonces asumir un rol activo en la creación de nuevos puntos de conexión : distribuir la propia conexión y tejer una malla (física y virtual) entre pares (mesh). Las RILIC optan por configurarse como redes mesh y de alguna forma se pueden pensar también cómo generadas por un movimiento de tejedores (novatos y máquinas) más que por hacedores (informáticos y nodos). En la práctica este tipo de redes se vinculan más con el movimiento que con puntos fijos. Por el contrario de lo que ocurre en las redes centralizadas, donde los nodos principales conservan el control del crecimiento de la red ; en la arquitectura mesh, son los propios nodos horizontales los que « tejen » la trama de forma descentralizada y caótica [fig. 4]. Los nodos aparecen y desaparecen constantemente, así las redes digitales cambian de forma rápidamente. Humanos y máquinas se reconfiguran en un devenir que obliga a aprender la lógica « generativa » del Software Libre, a ser « utilizadores » (Stengers, 2015, p. 25) más que usuarios finales, « hackers éticos » (Himanen, 2011, p. 83) más que informáticos especialistas en redes.

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Figura 4 : Mapa de una RILIC. Captura de pantalla de Libre Map global. (Crédits : Daniel DAZA, 2016)

23En este último sentido hay una necesaria interacción de la tecnología informática a partir de lo que Beatriz Buseniche llama « lógica performativa » (Buseniche 2010, p. 40). Para esta autora comprender que la tecnología no es « una caja cerrada » (Latour 1992, p. 5) es suficiente para que un « usuario/a final » modifique sus formas de relación con las máquinas y se convierta en un « utilizador », en términos de Stengers (2015).

24Sin embargo, la tecnología digital e informática se desarrolla rápidamente. La conectividad es cada vez mayor en las ciudades de la mano de las empresas y algunos gobiernos locales que brindan servicios de Internet en espacios públicos. No obstante, la masividad y la velocidad del crecimiento no son una característica de las RILIC. Tampoco son su objetivo. « Lento es normal », me dijo Árbol, un hacker vinculado a BarrioLibre, en referencia a una clara oposición al ser « Ágil », la metodología de desarrollo de software eficiente y rápida que se utilizaba en el evento que marcó el inicio de mi investigación. Pero Wal y Osiux no estaban pensando en una escala global para la conexión a Internet, tampoco en la rapidez o « agilidad » de sus sistemas. Para sus organizaciones el modelo de las Redes Libres no tiene la aspiración de llegar a millones de personas. Para ellos alcanza con brindar una opción a la conectividad de las pequeñas poblaciones que en tecnología se denomina « la última milla » y las RILIC nombran como « la primera milla ». Por otro lado, las grandes corporaciones de Internet, como Google o Facebook, y otros gigantes de la tecnología como Starlink, también se encuentran pensando en cómo conectar a estas poblaciones en todo el mundo. Piensan y hacen, experimentan con distintas soluciones tecnológicas que van desde transformar celulares hasta usar globos que vuelan en la estratosfera. Sin embargo todas estas soluciones están pensadas para que las personas accedan a lo que Internet les ofrece y que participen generando contenido, información que es utilizada por las propias empresas para ofrecerles más productos y servicios. Así lo expresaba Francis, un informático que conocí en el chat de CiudadLibre :

Facebook es una máquina espía para vender publicidad. Los botones de likes en otros sitios dan info a Facebook porque acceden al contenido en ese servidor. A la vez si lo tenés en el celular pide todos los permisos, y puede vincular tus contactos del celu para sugerirte amigos o productos afines a tus amistades. (Nota de campo. Chat CiudadLibre, marzo, 2016)

25Las grandes corporaciones informáticas buscan que las personas sean consumidores de Internet, « terminales » como diría Osiux. La solución que él y Wal planteaban desde las RILIC intenta promocionar la participación activa de « utilizadores » más que « usuarios » en las redes como constructores de su propia infraestructura local y libre. Compartir es para ellos aprender a « ser parte » sumando conocimiento y actividades que amplian la mesh. Es decir que no solo propiciaban espacios para compartir contenidos sino también para aprender a crear nuevas ramificaciones, puntos de acceso comunitarios a Internet. En este sentido, Wal trabajaba, en colaboración con otras redes a nivel mundial, para desarrollar paquetes técnicos, « cajas de herramientas », que posibilitaban un crecimiento de la red local en base al trabajo de personas sin un conocimiento técnico previo, « usuarios/as finales » o « gente de a pie ».

26En síntesis, para las RILIC la actitud principal a desarrollar la comunidad es siempre el acto de « compartir » : aprendizajes, dudas, conocimiento técnico, tiempo personal para el mejoramiento de la red y sobre todo el trabajo colectivo. IslaLibre, por ejemplo, adhiere a todos los principios del Software Libre pero reconoce las dificultades con las que se encuentra la red a la hora de realizar tareas de mantenimiento de los routers, las antenas y otros servicios que se ofrecen. Valoran el interés de los vecinos/as en que la red funcione bien, pero también plantean que el paradigma proveedor-cliente opera de tal forma que el principal desafío para sostener una organización comunitaria horizontal es motivar, no solo acciones de mantenimiento de la red de internet local, sino también el aprendizaje técnico, la apropiación popular para su expansión.

A modo de conclusión

27Según Favret-Saada (2013), la comunicación interpersonal en el trabajo de campo no es sólo verbal ni corporal, tampoco meramente voluntaria o en un solo sentido. Hay factores no verbales y emocionales que entran en juego. De este modo, los diálogos y experiencias que vivencié con los informáticos/as y vecinos en las RILIC se encuadraron en un marco relacional y de afectación mútua. Al poco tiempo de comenzar mi investigación etnográfica, casi todas mis pantallas comenzaron a poblarse de palabras que invitaban a no ser un punto terminal de Internet y animarme a realizar un proceso de autoaprendizaje « liberador » que me llevara a apropiarme, compartir y extender distribuidamente mi conectividad. Julieta Quiros, en su etnografía sobre peronistas y piqueteros, hace una interesante reflexión acerca lo que podemos hallar si nos animamos a interrogarnos sobre « qué direcciones y desplazamientos pueden tomar nuestras prácticas cognoscitivas y explicativas del involucramiento político, si estamos dispuestos a averiguar cómo las personas se van “enganchando” con lo que hacen » (Quirós, 2011, p. 31). En el caso de las RILIC una multiplicidad de caminos aparecieron cuando me fui dejando afectar por el proceso de « comprometerme », de « meterme », tales eran las categorías nativas en este caso, con las actividades que implicaban comprender los significados de una red « libre » y « comunitaria », aprender a moverme en la « red social » y comprender sus interrelaciones con la « red técnica » y poner en práctica el « compartir » para no ser « un terminal de internet ».

28Como intenté mostrar aquí el « compartir » en un marco comunitario de libertad permite a los y las humanas (la « red social ») que la « red digital » (técnica) funcione. Y en este movimiento la confianza construida a partir de la pertenencia a la « familia » (de las RILIC) era clave para comprender el trabajo del otro (humano o máquina) y garantizar la seguridad en todo el proceso. Se nota aquí un esfuerzo por destacar el rol de los y las humanas para que funcione la compleja maraña de aparatos técnicos que conforman las redes digitales. Porque para los y las informáticas de las RILIC esta « red física », hecha de cables, ondas, antenas, microchips y computadoras, ejerce una enorme influencia en la vida cotidiana. Los vecinos/as, e incluso los y las informáticas, se acercan a las RILIC interesados en disfrutar y no en comprender los beneficios de la « red digital », de los aparatos, de sus servicios. Su fascinación por la tecnología hace que muchas veces, en las reuniones técnicas, se termine hablando de las redes digitales como si fueran objetos independientes, sin historia, construidos solo para ser consumidos. Por esto, en los grupos de informáticos/as de las RILIC, se comenta frecuentemente que lo más difícil de construir no es la infraestructura técnica, « la red digital » sino la social. En este sentido, en las Redes Libres sus integrantes recomiendan motivar, involucrar y capacitar a las personas sin conocimientos técnicos (usuarios finales) de los lugares en los que se instalan las redes. Se busca construir un proceso de comprensión por el cual los humanos/as entiendan las lógicas que están detrás de una red que los conecta y les permite comunicarse. En algunos grupos de RILIC usan la expresión « tecnologías apropiadas », para referirse al proceso por el cual las personas sin formación técnica aprenden a controlar la infraestructura de comunicaciones que utilizan. Así, en mi trabajo de campo tuve que aprender cómo funcionaba la arquitectura de la red y también cuál era la filosofía del « Software Libre », entre otras habilidades que me permitieron compartir, ser parte de una comunidad y tener la posibilidad de liberar mi existencia tecnológica. Es decir, atravesé un proceso de « apropiación » de la tecnología, desde el armado hasta el mantenimiento de lo técnico y lo social (Baladrón, 2020, p. 61). Aquí la palabra « apropiación » adquiere sentido al aprender diferentes tareas técnicas (instalar una antena, conectar una computadora, usar un programa informático, etc.), pero también implica comprender que los aparatos técnicos funcionan gracias a un conjunto de instrucciones que, en distintos formatos (impulsos eléctricos, texto, etc.), son creados por los humanos/as. Estas personas me enseñaron que en ese complejo sociotécnico que llaman RILIC, las personas no son meros componentes pasivos sino generadoras activas de nuevas funcionalidades y formas de la red. Esto es lo que desde la mirada de las Redes Libres motoriza el voluntariado, la militancia o el activismo tecnológico. Buscan que las personas sin conocimientos técnicos aprendan, sean conscientes que detrás de la tecnología hay programas, instrucciones que un humano puso allí. Y es esta « consciencia » de los usuarios/as finales, pero también de los y las informáticas que no utilizan software libre, la que abre una puerta a lo político de la « red social ».

29Para los grupos con los que trabajé, lo digital no era pensado sólo como la simplificación de todos los estados posibles de un objeto técnico a solo dos, es decir a lo binario : ceros y unos. Esta era una definición hecha desde la tecnología informática, con una impronta matemática y electrónica. Pero así como la misma Informática adquiere nuevos significados en los complejos recorridos plagados de tensiones económicas, políticas y sociales, lo digital para estos grupos albergaba una multiplicidad de sentidos innovadores puestos allí por las personas en sus interacciones con las máquinas informáticas. Queda pendiente para futuros trabajos de investigación reflexionar sobre las definiciones que en otros contextos adquieren las categorías centrales que atraviesan esta etnografía : libertad, política, comunidad, red. Soy consciente de la importancia de la exploración del cruce entre esos marcos conceptuales más amplios y las propias construcciones elaboradas por los grupos de las RILIC. No obstante, dadas las pretensiones etnográficas de este artículo, dejo abierta la pregunta y delego en los y las lectoras esa tarea de reflexión, lo que sin dudas contribuirá al descubrimiento y aprendizaje de nuevas comprensiones.

30Seguir las líneas de lo digital en los grupos de RILIC implicó estar co-presente en espacios marcados por las continuidades y discontinuidades entre máquinas, humanos y lo técnico. De este modo, más que etnografíar a estas redes con un método rígido, fui « tejiendo » conocimientos como parte de mi propia existencia en el movimiento de compartir con los y las informáticas y vecinos/as, su software, sus dudas, sus controversias, activismos y esperanzas. Como señala Tim Ingold (2012) a veces alcanza con « estudiar a » grupos de humanos y sus máquinas para comprender su entramado, pero también se puede dar un paso más y « estudiar con y en » los propios grupos sus lógicas de trabajo, sus influencias, sus utopías. Esto último implica hacerlas propias, construirlas, darles parte del conocimiento y habilidades personales. Y como también afirma Ingold « no importa cuanto tiempo lleve, el punto fundamental es que el aprendizaje es transformativo. Da forma a la manera en la que uno piensa y siente, y lo convierte a uno en una persona diferente » (Ingold, 2012, p. 4). Ese fue precisamente el desafío asumido en mi investigación. Y tal vez el aporte de toda etnografía atravesada por lo digital para con la Antropología : mirar hacia adelante, tratando de entender « desde adentro » el movimiento de las tecnologías digitales en el mundo que habitamos.

31En síntesis, en esta investigación aprendí que las RILIC proponen otra forma de ver a la Internet, no como una sola gran red global en manos de unas pocas empresas, sino más bien como un ensamblado de redes de base local controladas por una diversidad comunidades y organizaciones no gubernamentales que cooperaban en base a la idea de compartir conocimiento de forma libre. Esta mirada no busca poner el foco en desarrollar una tecnología solo para abaratar costos al compartir una conexión comercial, sino fundamentalmente procura generar conciencia sobre la necesidad de contar con redes que discutan los monopolios comerciales en los que se basan los desarrollos de conectividad y la centralidad del derecho a la apropiación tecnológica.

Bibliographie   

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Notes   

1 Se trata de un evento denominado « anti-conferencia » o « des-conferencia » ya que busca formas disruptivas de organización y presentación de las actividades. Para tener más información sobre este evento se puede consultar su sitio web : http://www.barcamp.com.ar/

2 Tomado de : http://barcamp.org [Accedido 31 de marzo de 2016].

3 Estas metodologías se basan en dinámicas de grupo para buscar una mejor organización del trabajo. Comunidad Latinoamericana de Metodologías Ágiles. http://www.agiles.org/ [Accedido 19 Febrero 2016].

4 A fin de cuidar la privacidad de las personas con las que trabajé, usé seudónimos para referirme a todas ellas en este artículo. En algunos casos fueron elegidos por ellos y en otros inventados por mí. Asimismo, las organizaciones de Redes Libres que me dieron su autorización para ser mencionadas aparecen con el correspondiente link a sus sitios web oficiales. En el caso en que no he tenido autorización explícita para usar el nombre real de la organización, por diferentes motivos, esta aparece con un nombre de fantasía creado por mí.

5 Los desarrolladores y administradores informáticos suelen ser equipos de 5 a 10 personas, mientras que los usuarios finales varían de unas decenas a miles, según las características de la red. La mayoría de las redes cuenta con integrantes que realizan su trabajo en forma « voluntaria » (sin retribución monetaria) en el tiempo libre que les deja su actividad laboral. Sin embargo, algunos equipos lograron institucionalizar su tarea y ser reconocidos por organismos nacionales e internacionales de telecomunicaciones, por lo que cuentan con profesionales rentados.

6 Recordemos que el término Wi-Fi es una marca y no tiene una traducción. Hace referencia a la tecnología sin cables que permite conectar distintos equipos basándose en que operan en la misma frecuencia de ondas de radio.

7 Por las siglas en inglés LAN : Local Area Network. Tienen un alcance reducido a unos pocos metros entre cada computadora. Cuando este alcance es mayor a una casa o edificio se denominan redes metropolitanas o WAN (Wide Area Network).

8 La traducción de cada nombre es el siguiente : redes libres, redes de trabajo libre, par a par (P2P) y sin cables.

9 Este documento fue considerado para la redacción del texto final de la « Primera Cumbre Latinoamericana de Redes Comunitarias », realizada en Argentina en septiembre de 2018. Este último evento no fue analizado en el marco de mi etnografía porque ya se había dado por finalizado el trabajo de campo. No obstante, se puede mencionar que se mantuvieron los principios básicos del MRLL del año 2012, actualizando cuestiones referidas a los marcos regulatorios y nuevas fuentes de financiamiento. El documento puede consultarse en : http://dercom.sociales.uba.ar/2019/06/18/cumbre-latinoamericana-de-redes-comunitarias/

10 Se define a sí mismo como un hacker activo desde los años 70 en Internet. Es autor, por ejemplo, del diccionario del hacker (« Jargon File ») : http://www.catb.org/~esr/

11 La « nube » en informática es el nombre que se le da a una computadora que funciona como « biblioteca compartida » de consulta para varios usuarios. Se le da ese nombre porque en el diseño de sistemas informáticos esta computadora se representa con la forma de una nube.

Citation   

Daniel Daza, «Postales etnográficas de las Redes Inalámbricas Libres con Internet Comunitaria», Cultures-Kairós [En ligne], mis à  jour le : 12/04/2023, URL : https://revues.mshparisnord.fr:443/cultureskairos/index.php?id=1993.

Auteur   

Quelques mots à propos de :  Daniel Daza

Daniel Daza est docteur en Anthropologie sociale et culturelle de l’Universidad Nacional de San Martín, Argentine. Spécialiste en anthropologie et ethnographie du numérique, il explore les transformations de l’activisme digital sur Internet et les processu de production de connaissance collective avec des groupes d’informaticiens et de hackers. Il est chercheur associé de l’Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (EIDAES) et enseigne dans diverses universités argentines.